Día Mundial de la Diabetes: 4 de cada 10 diabéticos mayores de 40 años desarrolla retinopatía diabética
Este 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, una fecha instaurada por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene como objetivo dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y las complicaciones asociadas a esta enfermedad.
La retinopatía diabética es la manifestación más importante de la diabetes en el ojo, pero también se pueden presentar otras complicaciones como son el glaucoma, las cataratas y otras alteraciones oculares, que se presentan antes y con mayor frecuencia en pacientes diabéticos.
Así, oftalmólogos de IMO Grupo Miranza advierten que cerca de la mitad de los pacientes diabéticos desarrolla retinopatía diabética (RD), la complicación más grave de esta enfermedad en la vista y que, sin el debido control oftalmológico, puede provocar una pérdida brusca de visión. Actualmente, se estima que esta patología visual afecta al 40 % de las personas con diabetes de entre 40 y 59 años y, a cerca del 70 %, de entre 60 y 79.
Graves consecuencias en la vista
Según la Dra. Cristina Bohórquez, oftalmóloga experta en el diagnóstico y tratamiento de las patologías de retina, “pese a estar en una fase muy avanzada, la retinopatía diabética puede no dar dolor ni una afectación visual evidente y, en muchos casos, el paciente puede llegar a perder toda la visión del ojo de golpe”. Además, conforme avanza la enfermedad ocular, la situación visual del paciente se agrava, dando lugar a una retinopatía diabética proliferativa o la etapa más severa de esta afección, la cual se se caracteriza por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina que puede provocar problemas graves de visión como es el caso de las hemorragias que se producen en el interior del ojo, sin ningún síntoma visible- e incluso pueden causar desprendimiento de retina.
Debido a la repercusión que tiene esta patología en la salud ocular y la calidad de vida, “es muy importante que las personas con diabetes se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas, unidas a un buen control metabólico de la diabetes para descartar o detectar precozmente cualquier alteración en los ojos”, añade la oftalmóloga.
Inyecciones intraoculares
Cuando la retinopatía diabética avanza al tipo proliferativo, el estado visual del paciente es grave y se requiere cirugía para frenar su avance. “Llegados a este punto, es más complicado recuperar la visión total o parcialmente”, advierte la Dra. Bohórquez.
Los casos más leves pueden tratarse con terapias menos invasivas y eficaces, como las inyecciones intravítreas o el tratamiento láser. Por lo que se refiere a las inyecciones, consisten en la aplicación periódica de fármacos en el interior del ojo, “que liberan y actúan directamente en la retina y, en muchos casos, permiten evitar que el paciente deba someterse a una cirugía”, explica la especialista en retinopatía diabética, desprendimiento de retina y degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Se trata de un campo en el que se han producido muchos avances en los últimos tiempos, con la aparición de nuevos fármacos que permiten dar solución a los pacientes y mejorar su calidad de vida, ya que cada vez son necesarias menos inyecciones a lo largo del año. “Es el caso del Faricimab, indicado para la complicación más frecuente de la retinopatía diabética (el edema macular), fármaco que hemos incorporado de forma preferente en IMO Grupo Miranza, respecto a otros centros hospitalarios, y que nos permite mejorar los resultados de forma más cómoda, segura y eficaz para el paciente”, concluye la Dra. Bohórquez.