Lodi colabora con Swarovski y Bodegas Antonio Alcaraz
Lodi, la prestigiosa marca española de calzado femenino, ha comenzado su andadura en el sector vinícola destinado a la alta restauración y al mercado gourmet y lo celebra con un regalo muy especial. Lodi with Swarovski es el fruto de la unión entre la firma y las Bodegas Antonio Alcaraz. Una cuidada obra que culmina en un nuevo vino de autor, tempranillo con Denominación de Origen, al que se une como tercer vértice la colección de zapatos expresamente diseñada para la ocasión, en los que el arte de hacer un gran caldo, sumado al diseño y la elegancia de Lodi, y acompañados ambos por la distinción del sello Swarovski, consiguen crear joyas que pronto estarán presentes en los mercados nacionales e internacionales. Una colaboración expresamente concebida para aunar el espíritu de la edición especial embotellada con la filosofía de dos marcas dedicadas a crear sueños y darles forma.
- Lodi by Antonio Alcaraz
El vino Lodi by Antonio Alcaraz conforma una edición espacial y de autor que celebra la alianza irrepetible entre paladares exigentes, amantes del lujo y seguidores de las últimas tendencias. Además, el diseño de la botella se ha pensado con mimo y presenta detalles tan sorprendentes como un zapato Lodi realizado con pequeños cristales Swarosvki. Lodi by Antonio Alcaraz es un tempranillo cuidado al detalle desde su elaboración hasta su crianza, realizada durante 26 meses en barricas de roble francés. ¿El resultado? Un caldo de sabor muy vivo y envolvente en la boca con un aroma que recuerda a moras, regaliz y notas inferiores de granos de café tostado, canela y retrogusto de vainilla.
- Lodi Crystals by Swarovski
La colaboración entre Lodi, Bodegas Antonio Alcaraz y Swarovski cierra el triángulo con una selección de zapatos expresamente concebida para la ocasión. Un encuentro muy especial en el que tanto la firma alicantina como la cristalería austríaca han trabajado minuciosamente y mano a mano para que del proceso nazca una colección única e irrepetible. Una compleja coreografía en la que convive el trabajo manual, casi artesano, con la mecanización de las tareas más sencillas. Un proceso orgánico, donde la pasión por los detalles ha convertido cada diseño en una historia contada gracias a muchas voces. En tonos azulados, plata y carmín, cada par de zapatos cuenta con más de 10.000 cristales Swarovski engarzados que imprimen al diseño el binomio perfecto entre fuerza y delicadeza, el mismo que sugieren los nombres detrás del proyecto.