La salud visual de los menores puede marcar el éxito en el inicio del curso escolar
La asociación de utilidad pública Visión y Vida se prepara para una nueva vuelta al cole en la semana en que todas las familias hacen frente a los preparativos para el nuevo curso escolar. La entidad quiere recordar que la visión es uno de los elementos clave para que el desarrollo del curso sea exitoso. “Siempre decimos que la visión no duele y es por eso que nos olvidamos de ella. Ahora nos acordamos de renovar la ropa, adquirir el material escolar necesario… Pero es imprescindible que revisemos el estado de su visión para asegurarnos de que pueden iniciar el curso correctamente”, explica Salvador Alsina, presidente de Visión y Vida.
Mientras la entidad prepara la segunda ola de la campaña “Ver la vida en 4K”, que va a revisar la visión de los estudiantes de 12 a 16 años de más de 1.000 centros educativos de España y 500 ópticas participantes, recuerda que: “uno de cada tres casos de fracaso escolar se relaciona con problemas de visión”, explica Alsina, “en las etapas iniciales de aprendizaje, sabemos que el 30% de los problemas de aprendizaje derivan de problemas de eficacia y percepción visual”. Hay que tener en cuenta que el 90% de la información que percibimos es a través del sistema visual, por lo que un problema no detectado en un menor puede tener consecuencias: “hay muchos menores que tienen muy buena agudeza visual de cerca y de lejos (pueden ver bien el libro o la pizarra), pero tienen dificultades para mover correctamente los ojos a la velocidad o con la precisión necesaria, lo que afecta a su capacidad de lectura o a su rendimiento académico”, relata Elisenda Ibáñez, óptico-optometrista, “si se producen saltos visuales descoordinados (movimientos sádicos) se limita la capacidad de lectura fluida”.
Por eso, los expertos de Visión y Vida dan algunos consejos a las familias y educadores para que sepan identificar posibles problemas en este inicio de curso: si vemos que un menor tiende a confundir letras, palabras, muestra dificultades para reseguir un texto o copiarlo de la pizarra, deberíamos sospechar que existe un desequilibrio en el funcionamiento del sistema visual, por lo que habría que someter al menor a una revisión visual completa. Del mismo modo, si una vez iniciado el curso, detectamos que un menor no atiende o se distrae mucho, puede ser síntoma de que padece disconfort visual derivado de un problema de convergencia o acomodación, lo que le impide realizar con éxito sus tareas escolares.
Asimismo, animan a las familias a realizar pequeñas pruebas que les pueden ayudar a cribar el estado de la visión de sus hijos antes de que vayan a la revisión: “hechos como seguir el texto con el dedo cuando se lee, girar la cabeza en lugar de mover los ojos, torcerse al escribir, tapar un ojo para mirar a algún punto, entrecerrar los ojos o sentir que se cae mucho o es torpe en actividades deportivas debe hacernos sospechar de la existencia de un problema visual. Si se detectan, deberíamos acudir al profesional de la visión”, explica Ibáñez.
En lo relativo a las etapas educativas superiores, los datos de su estudio “El estado de la salud visual de los adolescentes en España” son contundentes: el 55,4% de los jóvenes cree que ve mal o que puede ver mejor. Además, entre el 37,1% y el 45,3% manifiesta ver doble la pizarra, el 25,1%-20,3% ve mejor si se tapa un ojo; entre el 34,8%-47,2% entrecierra los ojos para ver mejor, o el 41,3%-40,3% tiene sequedad ocular cuando usa las pantallas.
“Vivimos en una sociedad en la que, de media, tres de cada diez estudiantes de secundaria (36,2%) necesitan gafas o lentes de contacto para ver bien. Si queremos asegurarles el éxito en su educación, lo primero en lo que debemos fijarnos es en confirmar que su visión está preparada para el reto que comienza ahora: un nuevo curso escolar”, concluye Alsina.