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El 10% de los miopes de más de 15 dioptrías terminarán en ceguera

La miopía es ya considerada una pandemia por la Organización Mundial de la Salud, y no le faltan motivos. En países asiáticos, la prevalencia supera el 90% entre los jóvenes, en España llega ya al 62,5% de los universitarios. El problema reside en que los más jóvenes, aquellos nacidos después del año 2000 , los llamados “Nativos Digitales”, son miopes desde antes, tanto en cantidad de afectados como en más dioptrías de miopía desde más jóvenes.

Esto conlleva un riesgo inaudito: aunque la miopía no es, per se, una enfermedad, se considera que el límite seguro de la misma son 6 las dioptrías. A partir de esa graduación, el ojo se convierte en ojo patológico (debido al alargamiento del globo ocular) con posibilidades de desarrollar enfermedades de retina como cataratas precoces, desgarros y desprendimientos, glaucoma o patologías maculares.

Según un reciente estudio de AMIRES (Asociación de Miopía Magna con Retinopatías) sabemos que entre 2º y 6º de primaria se triplica el número de menores con miopía. Tal y como indica su estudio “La pandemia de la miopía: factores que nos han hecho llegar hasta aquí y determinará nuestro futuro”, las nuevas generaciones (7-12 años) presentan, de media a su edad, 0,5 dioptrías más que los universitarios; además, afecta en mayor medida a todos aquellos que vivieron en ciudades que en el campo (55,9% vs 54,1%) y a aquellos que no pasaban su tiempo de ocio al aire libre (69,4% vs 48,7%). Por ello, Visión y Vida recuerda la importancia de que “los menores jueguen en la calle, es la mejor recomendación que podemos darle a una familia”, explica Salvador Alsina, presidente de la asociación.

Con todos estos datos en mente, Visión y Vida recuerda que es imprescindible que cuando se detecte la miopía a un menor se asesore la familia para encontrar la mejor solución que ayude a impedir que supere las 5 dioptrías. “Muchas familias optan por las lentillas de orto-k (lentillas que se usan mientras se duerme, moldean la córnea y ofrecen 24 horas de buena visión) por la tranquilidad que les supone que el menor durante el día no lleve equipamiento y pueda disfrutar de su tiempo de estudio y deporte sin riesgos asociados como la pérdida de la lentilla”, apunta Alsina. Este sistema puede frenar el desarrollo de la miopía hasta en un 41%.

Del mismo modo, Alsina indica “las familias pueden optar por la terapia visual, ya que permite, incluso en casos en los que el menor tenga un componente genético o hereditario que indique que va a desarrollar miopía, trabajar con toda la estructura del ojo por medio de ejercicios de oculomotricidad, convergencia y acomodación para lograr su eficiencia”.
Además, “el asesoramiento profesional puede indicarles otras opciones como lentes blandas específicas para el control de la miopía o gafas de desenfoque periférico, que pueden ser la solución idónea, tal y como se explica en nuestro informe “Prevalencia de la miopía de los jóvenes en España”, añade Alsina.

Visión y Vida quiere recordar que, si no ponemos remedio, veremos cómo la generación con más esperanza de vida de la historia tendrá muy disminuida su calidad de vida debido a su mala salud visual. “No podemos olvidar que más del 60% de los desprendimientos de retina se producen en personas miopes y el 10% de los miopes de más de 15 dioptrías terminan en ceguera”, concluye Alsina.