Aumenta la miopía infantil y los padres desconocen los tratamientos disponibles para tratarla, según una encuesta de Ipsos
La miopía infantil se consolida como una de las grandes preocupaciones respecto a la salud visual en España. Así lo confirma el panel de expertos en oftalmología, optometría y pediatría que presentó EssilorLuxottica el pasado 7 de octubre en Madrid. En el evento de presentación participaron Susana Lobato, responsable de Stellest en España; Víctor Molina, óptico-optometristra y profesor universitario; Maria Alarcón, Oftalmóloga, y Mayra del Pilar, estilista y madre de una niña con alta miopía, quienes debatieron sobre los datos presentados en la reciente encuesta nacional de Ipsos encargada por EssilorLuxottica, que recoge las respuestas de 1.000 padres españoles. Y es que concuerdan en que la miopía infantil sigue aumentando de forma significativa2, aunque existe una brecha de hasta un año y medio entre los primeros síntomas y su diagnóstico.
“No solo es que la miopía infantil está aumentando, sino que cada vez detectamos más casos en consulta que han desarrollado la condición a edades más precoces y con una progresión más rápida que en décadas anteriores”, reflexionó María Alarcón Tomás, oftalmóloga en Clínica Baviera Madrid y el Hospital Puerta de Hierro. De hecho, se calcula que para 2050, esta condición que impide ver con claridad los objetos lejanos afectará a la mitad de la población y que habrá 1.000 millones de personas con alta miopía, aquella que se da cuando se igualan o superan las 6 dioptrías o cuando el ojo mide más de 26,5 mm.
“Este fenómeno generalizado, que inicialmente se observaba sólo en entornos urbanos y ahora se detecta también en áreas menos densamente pobladas, se relaciona con la combinación de factores genéticos, conductuales y ambientales, sin desdeñar el impacto de la exposición creciente a pantallas a muy cortas distancias desde edades muy tempranas y la escasa exposición a la luz natural”, enfatizó Víctor G. Molina, optometrista de Tu Visión El Rosal y profesor de la Universidad CUNIMAD-Universidad de Alcalá de Henares.
Esta proliferación de “ambientes miopiogénicos”, tal y como lo denominan los expertos del panel, alerta sobre la necesidad urgente de concienciación entre la población y la necesidad de controlar la miopía a largo plazo, mediante una respuesta coordinada entre los distintos actores implicados y que esté basada en la evidencia. Asimismo, el uso de soluciones innovadoras como Essilor® Stellest®, lentes de control de la miopía, permitirán proteger la salud visual de las nuevas generaciones.
Sin embargo, la encuesta realizada por Essilor refleja que:
– El 64% de las familias desconoce la existencia de lentes de control de la miopía para frenar su progresión y casi la mitad de los padres ignora que la miopía puede avanzar más rápido cuanto antes se inicia1 y que la alta miopía conlleva mayor riesgo de padecer complicaciones visuales severas, pudiendo conducir a la discapacidad visual o incluso a la ceguera en etapas posteriores de la vida.
– El 94% de los padres de niños miopes cree erróneamente que el uso de gafas convencionales o de lentes de contacto soluciona el problema1, cuando, en realidad, corrigen la visión pero no frenan la progresión de la miopía. Esto demuestra la falta de conciencia sobre el carácter progresivo y potencialmente patológico de la miopía, especialmente la de alto grado.
Tratamientos de control de la miopía personalizados y gestión a largo plazo
El consenso profesional señala que la combinación de tratamientos (lentes de control de miopía, atropina, orto-K) es la estrategia más eficaz para frenar la progresión de esta condición, especialmente si se adapta a cada niño y se inicia incluso en la fase de “premiopía”. De hecho, las gafas de control de miopía son la opción preferida por el 52% de los padres españoles1, debido a su sencillez, seguridad y efectividad del tratamiento.
“Nuestras lentes Essilor® Stellest® han demostrado, durante un período de 5 años, retrasar la progresión de la miopía en un 67% de media, en comparación con lentes monofocales, cuando se usan 12 horas al día4. Esto, junto a la adopción de hábitos saludables y el seguimiento clínico individualizado y regular, puede reducir el riesgo de alta miopía y sus complicaciones en la edad adulta”, explicó Susana Lobato, óptico-optometrista de EssilorLuxottica.
Retos en la prevención: la importancia de la detección precoz y la educación activa
Según datos de la encuesta, el 38% de los padres españoles tienen al menos un hijo con miopía1. Y, aunque la preocupación de las familias ha crecido en los últimos años, 6 de cada 10 padres reconocen no estar bien informados sobre la miopía infantil y sus riesgos1. Así, la mayoría de los padres solo acuden al especialista cuando aparecen síntomas evidentes (dificultad para ver la pizarra, acercarse mucho a pantallas o libros) y, de hecho, la edad media del primer diagnóstico supera los 7 años.
En contraste, los expertos consultados alertan de que cada vez reciben más casos de niños entre los 5 y 6 años de edad, lo que se asocia con una progresión más rápida y un mayor riesgo de complicaciones visuales en la edad adulta. En este contexto, los expertos indican que una revisión prematura a los 4 años y el inicio temprano del tratamiento podría marcar la diferencia.
“Es evidente que muchos padres, incluso aquellos cuyos hijos son miopes, carecen de información precisa sobre la miopía. Preocupa que muchos piensen que basta con poner unas gafas, sin saber que la miopía puede progresar incluso con lentes correctoras convencionales”, señaló Víctor G. Molina.
Por este motivo y ante la necesidad de plantear una estrategia preventiva, los expertos reclaman el papel activo de AMPAs, pediatras y centros escolares para mejorar el diagnóstico de esta condición, así como la elaboración de materiales informativos claros y veraces junto a programas de cribado sistemáticos para detectar y tratar la miopía infantil antes de que progrese.

