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Entrevista con David E. Lalama, gerente del nuevo ZEISS VISION CENTER Bonanova

El nuevo ZEISS VISION CENTER Bonanova, ubicado en C/ de Muntaner, 537, en el corazón de Sarrià-Sant Gervasi, llega a Barcelona para transformar la experiencia visual mediante una combinación de atención personalizada, innovación y tecnología de primer nivel.

Su gerente y óptico-optometrista, David E. Lalama, destaca que el centro sitúa al paciente en el centro de cada decisión, empleando la innovación como herramienta al servicio de una atención cercana y diferenciadora. Con el respaldo de ZEISS como socio tecnológico, el centro ofrece soluciones ópticas de vanguardia que unen profesionalidad, trato humano y tecnología para brindar una nueva perspectiva en el cuidado de la visión.

– ¿Qué motivaciones personales y profesionales hay detrás de esta apuesta por abrir un ZEISS VISION CENTER en Barcelona?

– Mi principal motivación ha sido acercar la innovación tecnológica más avanzada a nuestros pacientes, para que puedan experimentar de primera mano la precisión y excelencia con la que trabajamos en esta profesión. Al mismo tiempo, la apertura de un ZEISS VISION CENTER supone un nuevo concepto de óptica en el que la imagen, la experiencia y la calidad del servicio se convierten en elementos diferenciadores.

En lo personal, este proyecto ha significado un paso muy importante: dejé Madrid para trasladarme a Barcelona y liderar la dirección de este primer ZEISS VISION CENTER en la ciudad. Lo hice convencido de que Barcelona, por su dinamismo y proyección internacional, es el lugar idóneo para implantar este modelo de óptica de vanguardia. Para mí era fundamental ofrecer un espacio que combine lo mejor de la tradición óptica con la innovación más puntera, siempre con el cuidado visual de las personas como objetivo principal.

– En un mercado tan competitivo, ¿qué valor diferencial puede seguir ofreciendo una óptica con un enfoque independiente y especializado como esta?

– Nuestro principal valor diferencial es la atención completamente personalizada, entendiendo a cada cliente como único y adaptando las soluciones a sus necesidades visuales específicas. En el ZEISS VISION CENTER ofrecemos una experiencia de refracción distinta, que gracias a la tecnología de ZEISS alcanza un nivel de precisión extraordinario. Esto no solo eleva el trabajo del optometrista, sino que también garantiza que el producto final cumpla con los más altos estándares de calidad. En definitiva, no se trata únicamente de vender gafas, sino de acompañar al paciente en un proceso de cuidado visual integral y altamente especializado, que nos permite reforzar la confianza y la relación a largo plazo de cada persona que confía en nosotros.

– ¿Cómo cambia la atención al cliente cuando se prioriza la personalización y la experiencia completa, más allá de vender unas gafas?

– En nuestro centro, la prioridad absoluta es el cliente. Para nosotros es fundamental que se sienta escuchado, comprendido y acompañado durante todo el proceso. La diferencia está en que no buscamos únicamente resolver una necesidad puntual con unas gafas, sino ofrecer una solución integral que esté completamente adaptada a su salud visual y a su estilo de vida. Esa atención cercana es lo que convierte cada visita en una experiencia distinta, donde el cuidado visual va mucho más allá del producto.

– ¿Cómo fomentáis una cultura de cuidado preventivo de la visión, antes de que aparezcan síntomas o necesidades urgentes?

– La mejor manera de cuidar la salud visual es la prevención. Por eso insistimos en la importancia de realizar revisiones periódicas, incluso cuando no existen síntomas aparentes, ya que muchas alteraciones visuales pueden detectarse en fases tempranas y corregirse de forma más eficaz.

En el caso de la población infantil, recomendamos especialmente limitar el tiempo de uso de dispositivos electrónicos y fomentar las actividades al aire libre, que son fundamentales para un desarrollo visual saludable. En definitiva, se trata de educar tanto a niños como a adultos en la importancia de cuidar la visión de forma proactiva, antes de que aparezcan molestias o problemas que requieran soluciones más urgentes.

– ¿Es posible mantener un trato cercano y humano en un entorno tan tecnológicamente avanzado?

– Por supuesto. La tecnología es una herramienta extraordinaria, pero siempre está al servicio del criterio del optometrista. Son los profesionales quienes interpretan los resultados y saben trasladarlos al paciente de una forma clara y cercana.

En nuestro centro el paciente se siente acompañado en todo momento por un especialista que escucha, explica y guía cada paso del proceso. Contar con un equipo humano que combine excelencia técnica con empatía es fundamental para lograr esa fusión entre innovación y trato personal. En definitiva, la tecnología nos ayuda a ser más precisos, pero lo que realmente marca la diferencia es la calidad humana con la que acompañamos a cada paciente.

– ¿Qué ha significado para usted y su equipo adaptarse a los protocolos y filosofía ZEISS?

– Ha supuesto un cambio importante y, al mismo tiempo, muy enriquecedor. Después de muchos años en el sector con protocolos de atención bastante estandarizados, trabajar bajo la filosofía ZEISS nos ha permitido dar un salto de calidad. El hecho de contar con todas las tecnologías integradas y funcionando de forma coordinada hace que cada detalle del protocolo de refracción cobre sentido y se traduzca en un resultado final más preciso y satisfactorio para el paciente. Para mí y para mi equipo ha significado un proceso de aprendizaje y de evolución profesional, que nos motiva a seguir creciendo y a ofrecer siempre lo mejor en cada consulta.

– ¿Hacia dónde cree que se dirige el sector óptico en los próximos años, especialmente en relación con la personalización y la prevención?

– Creo que los ZEISS VISION CENTER representan muy bien la tendencia hacia la que evoluciona el sector: un modelo en el que la máxima personalización y la preocupación real por la salud visual son los ejes principales.

En un mercado en el que las grandes cadenas suelen centrarse en el volumen, cada vez más usuarios valoran el tiempo, la atención calmada y la experiencia cercana que ofrecen centros especializados como el nuestro. Esa demanda está marcando el camino: la óptica del futuro no solo venderá gafas, sino que se orientará a un cuidado preventivo, individualizado y basado en la confianza a largo plazo. Desde nuestra posición, creemos que trabajar con este nivel de personalización es aportar nuestro grano de arena a la evolución del sector hacia un modelo más humano y sostenible.