Dispositivos digitales y su impacto ocular
Por: Elke Dobisch, Dr. Natalia Vlasak2 y Andrew Sanders3
Desde los años ochenta hemos usado PCs, en los 90 llegaron los portátiles y desde hace 10 años aproximadamente no somos capaces de imaginar la vida sin un smartphone. Por un lado, nuestros dispositivos digitales nos hacen la vida más fácil, permitiendo conexiones sin precedentes alrededor de todo el mundo. Pero por otro, nuestros ojos se enfrentan a desafíos a los que las pasadas generaciones jamás tuvieron que enfrentarse.
Así que, ¿cuánto usamos nuestros dispositivos digitales y cómo afectan a nuestro bienestar? ¿Son los usuarios conscientes del impacto que las pantallas digitales pueden tener en sus ojos? ¿Qué hacen para aliviar la fatiga visual? ¿Y cómo reaccionan los pacientes a las soluciones que Hoya y los ópticos les ofrecen? Esas son las preguntas que se examinaron en una encuesta internacional al consumidor que hizo HOYA, llevada a cabo en cooperación con Elke Dobisch Markforschung en otoño de 2017. El proyecto se llevó a cabo en EEUU, Hong Kong y el Reino Unido. Pero este artículo se centra en los resultados del Reino Unido, principalmente.
Descripción del proyecto
Método:
- Encuesta online con 1.052 respuestas en cada país, edad (de 20 a 50), género y país. Target: usuarios de dispositivos digitales.
- La gente que trabajaba en la industria óptica o en algún negocio relacionado que pudiera tener algún conflicto de intereses fue excluido del proyecto.
Estructura de la muestra en Reino Unido:
- 49% hombres, 51% mujeres, edad media: 35 años (hombres 36, mujeres 35)
- 57% eran usuarios de gafas de ver y/o lentillas (en el grupo de edad 41-50 había un 67%).
Online: todo el tiempo y en todas partes
El 90% de los encuestados usaban smartphones regularmente. Tres cuartas partes tienen portátil, y un poco más de la mitad usaban iPad o tableta. Dicho de otro modo: el uso de varios dispositivos a la vez era normal. Solo la mitad de los encuestados en el Reino Unido usaban de forma regular un ordenador de mesa. Los dispositivos portátiles eran mucho más usados que los dispositivos no móviles, en mayor proporción que en cualquier otro país. Y mientras los dispositivos de mesa los usaban principalmente para trabajar (normalmente durante toda la jornada), los dispositivos portátiles tenían una función muy importante durante el tiempo libre.
Dos tercios de los encuestados dijeron que usaban sus smartphones, laptops, tablets, etc. durante más de 4 horas diarias. POR DISPOSITIVO. Y dado que el 90% de los sujetos tenían dos o más dispositivos diarios, y hacían un uso constante y a la vez de todos ellos, podemos asegurar que no se puede hablar de un “uso light” de dispositivos digitales.
El uso de dispositivos digitales provoca incomodidades físicas
Muchos encuestados son plenamente conscientes de este tema, un tercio indicó que sufrían algún tipo de problema de carácter físico debido al uso de los dispositivos digitales. Aquellos que usaban gafas estaban claramente más afectados, el 40% de los usuarios de gafas tenían algún problema relacionado con el uso de los dispositivos digitales, frente al 25% de los no usuarios. Sin importar si lo asociaban al uso de dispositivos digitales, más del 80% de la muestra se quejaba de alguna incomodidad física. Las mujeres y los más jóvenes parece que son ligeramente más conscientes de estos achaques, comparados con los hombres y los encuestados por encima de los 40.
La mayor parte de los encuestados afirmaron sufrir algún tipo de síntoma de forma frecuente (al menos una vez a la semana) en el cuello, espalda y hombros, dolor de cabeza y ojos secos e irritados. Alrededor de un cuarto presentaban dificultad para concentrarse, casi el 10% dijeron que sufren esto (casi) de forma diaria. La mayor parte de los problemas aparecían durante la jornada laboral, después de trabajar o por la noche, y auqnue los encuestados ven una fuerte relación entre el uso de los dispositivos digitales y un impacto negativo para los ojos, por lo general no se plantean dejar de usarlos.
Los pacientes sufren en silencio
Al sentirse incómodos tras un uso prolongado del ordenador o cualquier dispositivo digital, la solución preferida de los encuestados es simple: descansar. Se enfrentan a los problemas generales como el dolor con estiramientos o moviéndose, o incluso usando analgésicos. Las irritaciones y problemas relacionados con la vista los solucionan frotándose los ojos, ajustando las condiciones lumínicas, o cambiando de gafas. Sólo unos pocos usan gotas para los ojos secos.
Más del 10% de la muestra dijeron que habían intentado solucionar esos síntomas sin éxito. Sorprendentemente, más de la mitad de aquellos con síntomas nunca habían hablado con nadie de ello, y menos del 20% habían ido a ver a un oculista. A aquellos que sí habían ido a ver a un profesional de la visión se les había recomendado lentillas o gafas, ya fueran nuevas o graduadas. Así que, no es de extrañar que los términos Digital Eye Strain o Computer vision Syndrom solo fueran reconocidos por un 20% de participantes, y entre aquellos que no llevan gafas, eran conocidos por menos del 15%.
Las soluciones son bienvenidas
Después de debatir sobre sus hábitos de uso de los dispositivos digitales y sus niveles de incomodidad física en la primera mitad del cuestionario, a los encuestados se les presentó una oferta de lentes SYNC III de Hoya, diseñadas para reducir la fatiga visual digital. Más del 50% de los sujetos mostraron un interés espontáneo. Tres cuartos dijeron que considerarían comprarlas, y un tercio que las considerarían comprar en los próximos dos años.
La mayoría de los encuestados encuentran las lentes nuevas e innovadoras, tanto los usuarios de gafas como los no usuarios mostraron curiosidad. Alrededor de tres cuartas partes creen que las lentes ayudarán a reducir el estrés cuando usan dispositivos digitales y que también podrían reducir el daño a los ojos a largo plazo. Incluso los no usuarios de gafas pensaban lo mismo. Más de la mitad de los sujetos estuvieron de acuerdo en que les gustaría hablar con un profesional de la visión sobre estas lentes. De hecho, lo que más potenciaría que las consideraran, sería la recomendación del profesional de la visión, dado que el 71% dicen que confían en las recomendaciones de su oculista (coincide con las respuestas del formulario).
La encuesta también nos mostró que los diferentes segmentos de la muestra responden a diferentes mensajes. Si la descripción es “diseñado para gente entre 13 y 45 años”, especialmente atrae a sujetos más jóvenes. Si señalamos que el producto es útil incluso para gente que no usa gafas, conseguimos más aceptación entre los usuarios de lentillas, los usuarios de gafas de lectura, y aquellos que no usan gafas (de momento). Dicho esto, los encuestados temen el precio de las lentes.
Conclusión
Los usuarios digitales del Reino Unido son conscientes de que el uso constante de pantallas digitales tiene una influencia negativa en su bienestar. Una vez que entienden que hay una solución para los síntomas, están abiertos a ella. Incluso aquellos que no usan gafas podrían estar atraídos por unas que les proporcionaran alivio, siempre que la especificación cumpliera sus necesidades.

