HomeEntrevistasEntrevista con Antonio Martín, alma mater del nuevo ZEISS VISION CENTER Orberá

Entrevista con Antonio Martín, alma mater del nuevo ZEISS VISION CENTER Orberá

Coincidiendo con la apertura del ZEISS VISION CENTER Orberá (Almería), nuevo centro de Antonio Martín del que damos cumplida información en este mismo número, entrevistamos al propio óptico-optometrista, símbolo de una óptica que pone al paciente en el centro, apostando por una atención personalizada, una experiencia diferencial y la innovación como herramienta, no como fin, contando además, con el respaldo de ZEISS como partner tecnológico y de procesos, sin que esto implique integración vertical.

– ¿Qué le ha llevado a abrir este nuevo centro óptico bajo el concepto de ZEISS VISION CENTER?

– Después de muchos años en el sector, sentía que necesitaba dar un paso adelante. Quería crear un espacio distinto, centrado en la experiencia del cliente, en el detalle, en el tiempo que dedicamos a cada persona. El modelo ZEISS VISION CENTER me ofrecía una estructura que encajaba con esa visión: un enfoque más especializado, más preciso, más humano, y con el respaldo de una marca con décadas de experiencia en óptica y tecnología.

– ¿Qué aporta hoy un óptico independiente en un entorno cada vez más comercializado?
– Libertad para hacer las cosas bien. Para priorizar al cliente, para apostar por calidad en lugar de precio y volumen. Puedo decidir cómo quiero trabajar y en qué quiero diferenciarme. Este centro nace justo de esa decisión: la de ofrecer una alternativa a lo que hoy es habitual en muchas ópticas, con una atención más personalizada y con procesos más cuidados.

– ¿Cómo ha sido el proceso de crear este nuevo espacio?
– Exigente y muy gratificante. Este no es un centro más. Cada detalle, desde la distribución del espacio hasta la forma en la que atendemos al cliente, ha sido pensado para ofrecer una experiencia distinta, desde el momento en que entran a la óptica, simplemente con una pequeña toma de contacto. El modelo de ZEISS VISION CENTER nos ha ayudado a estructurar esa experiencia, con protocolos que aseguran calidad en cada paso, sin perder nunca el trato cercano ni la autonomía profesional.

– ¿Cómo entiende usted la relación con el cliente en este nuevo entorno?
– Como una relación de largo plazo. Aquí no hay prisas, ni presión por promociones. Queremos que el cliente se sienta cuidado, escuchado, asesorado de verdad. Cada persona es distinta, y eso requiere tiempo, criterio profesional y honestidad. Eso es lo que buscamos en cada visita.

–  ¿Qué papel juega la tecnología en esta propuesta?
– Un papel clave, siempre que esté al servicio del paciente. Hoy contamos con instrumentos que nos permiten medir con una precisión que antes era impensable. Eso, combinado con lentes de última generación y una experiencia visual digitalizada, nos permite ofrecer soluciones realmente personalizadas. Pero la tecnología no sustituye al profesional: lo refuerza, lo eleva.

– Vivimos rodeados de pantallas. ¿Cómo cree que ha cambiado eso nuestra salud visual?
– Muchísimo. Hoy pasamos horas delante del móvil, el ordenador, la tablet… y eso tiene un impacto directo en nuestros ojos. La fatiga visual digital es una realidad: ojos secos, visión borrosa, dolor de cabeza… Lo preocupante es que muchas veces lo normalizamos. Por eso es tan importante revisar la visión de forma periódica, aunque no notemos nada raro. La prevención es clave.

– Se habla cada vez más del aumento de la miopía, sobre todo en gente joven. ¿Lo nota en consulta?
– Sí, y no es una percepción, es un hecho. Cada vez más niños y adolescentes presentan miopía, y empieza antes. El estilo de vida actual tiene mucho que ver: menos tiempo al aire libre, más trabajo de cerca, pantallas desde edades muy tempranas… Desde la óptica tenemos un papel muy importante en la detección precoz y en el seguimiento. Cuanto antes se detecta, mejor se puede controlar.

– ¿Qué puede hacer un centro como este para que el cliente no espere a necesitar unas gafas nuevas “urgentemente”?
– Educar y acompañar. Aquí no queremos que la gente venga solo cuando ya no ve bien. Nuestro objetivo es que entiendan que cuidar su visión es parte de su bienestar. Por eso ofrecemos un seguimiento personalizado, recordatorios, y sobre todo, una experiencia donde el paciente se sienta escuchado y comprendido. Eso crea una relación a largo plazo, no solo una transacción.

– ¿Qué papel juega la innovación en lentes para adaptarse a estos nuevos hábitos visuales?
– Un papel fundamental. Hoy existen lentes específicas para el trabajo con pantallas, para conductores, para personas que pasan muchas horas leyendo o al aire libre… La tecnología ha avanzado mucho, pero lo importante es saber aplicarla a cada caso. En nuestro centro, dedicamos tiempo a entender cómo vive cada persona su día a día, y a partir de ahí, ofrecemos la mejor solución visual posible.

– ¿Cómo encaja el trato personal en un mundo tan digitalizado?
– Precisamente porque todo se ha vuelto más digital, el trato humano cobra más valor. Hoy en día nos acostumbramos a chats automáticos, llamadas que no responden… y cuando alguien te atiende con calma, con empatía y con conocimiento, lo agradeces. Nosotros creemos en eso: en combinar la mejor tecnología con una atención profundamente humana.

– ¿Qué diferencia a este centro de otros del entorno?
– La forma de hacer las cosas. Aquí el paciente no entra a por unas gafas: entra a vivir una experiencia que empieza con una exploración visual detallada y termina con una solución personalizada, pensada para su día a día. No buscamos ser “uno más”, sino un referente de cómo debería vivirse hoy la salud visual.

– ¿Qué ha supuesto para usted trabajar con los estándares y procesos de este nuevo centro?
– Un reto ilusionante. Implica exigencia, formación, adaptación… pero también mucha satisfacción. Saber que cada paciente recibe lo mejor de nuestro saber hacer y lo mejor de la innovación óptica es muy gratificante. Este modelo no impone, sino que potencia. Nos permite mantener nuestra identidad, pero con una estructura que nos ayuda a ir un paso más allá.

– ¿Cómo imagina el futuro de la óptica?
– Creo que veremos cada vez más dos caminos: uno centrado en volumen, rapidez y promociones, y otro en calidad, experiencia y profesionalidad. Yo he elegido claramente el segundo. Porque la visión es algo muy serio, y quien lo entienda así, sabrá valorar un lugar donde se le escuche y se le cuide.