Los ópticos-optometristas advierten que el tabaquismo puede afectar gravemente a la visión
Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin tabaco y todas las especialidades sanitarias, como la Optometría y la Óptica Oftálmica, han declarado al cigarrillo como el principal enemigo para nuestra salud en general y para nuestra visión en particular. Según el presidente del Consejo General de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral: “Algunas de las enfermedades oculares más graves, como la retinopatía diabética o la maculopatía, pueden tener una relación directa con el tabaquismo, por lo que en el caso de ser fumadores debemos acudir periódicamente a un especialista para la detección de estas y otras patologías oculares”.
Evitar fumar o abandonar este hábito es una de las mejores inversiones que se puede realizar para nuestra salud visual ya que el tabaquismo puede afectar severamente a nuestra salud, pero, ¿Realmente sabemos cómo puede afectar a nuestra salud visual?
El problema ocular más frecuente entre los fumadores son las cataratas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones de la salud, han demostrado que el tabaco provoca y agrava las cataratas (enfermedad visual que consiste en la opacidad del cristalino del ojo, que impide el paso de la luz y que puede derivar en ceguera irreversible) que son un 40% más frecuente en las personas fumadoras. Esto se debe a dos razones: por un lado, la acción directa de las sustancias tóxicas del humo en los ojos y, por otro, la liberación en los pulmones de elementos químicos que, a través del torrente sanguíneo, llegan al globo ocular y afectan a su irrigación.
El tabaquismo también se considera un factor de riesgo para la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) en la retina. Diversos estudios han demostrado que los fumadores y exfumadores tienen más probabilidades de desarrollar DMAE que quienes nunca han fumado.
Las personas fumadoras también tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares que influyen indirectamente en la salud de los ojos. Además, el humo del tabaco, incluido el que recibimos como fumadores pasivos, es un irritante que empeora los síntomas del ojo seco; una enfermedad ocular muy incómoda que impide un óptimo equilibrio de la hidratación del ojo.
El nervio óptico es también susceptible de daño por tabaquismo. Personas con dietas pobres, que fuman mucho y que también consumen cantidades excesivas de alcohol corren el riesgo de sufrir lo que se conoce como pérdida visual relacionada al nervio óptico (llamada también ambliopía del tabaco-alcohol).
En el caso de mujeres embarazadas tienen más probabilidades de dar a luz de forma prematura, poniendo en riesgo a sus hijos de sufrir la llamada retinopatía del prematuro. Por otro lado, en personas con diabetes, algunos estudios sugieren que fumar puede estar relacionado con mayores daños en los vasos sanguíneos de la retina, lo que podría derivar en una retinopatía diabética, que puede llegar a ocasionar una pérdida considerable de la visión.