Día Mundial del Glaucoma: Las revisiones oculares y un diagnóstico precoz pueden evitar un 95% de los casos de ceguera
Este sábado 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, enmarcado dentro de la Semana Mundial del Glaucoma, del 7 al 13 de marzo, que tiene como objetivo concienciar a la población sobre la importancia de las revisiones oculares para la detección precoz de una enfermedad que puede causar ceguera irreversible en el 5% de los casos si no se trata a tiempo. Esta patología, que ya afecta a más de un millón de personas en nuestro país, pero que sólo la mitad de ellos lo saben, ya que en sus inicios es asintomática.
El Glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que provocan un daño progresivo e irreversible en el nervio óptico y hoy día sigue siendo la principal causa de ceguera en el mundo. Por ello, con motivo de la Semana Mundial del Glaucoma, la Asociación para Afectados y Familiares (AGAF) quiere destacar la importancia de una detección precoz que evitaría en un 95% de los casos la ceguera total de los pacientes. “Al Glaucoma también se le conoce como la “ceguera silenciosa” porque, al principio, el cerebro se encarga de compensar el déficit visual. El problema es que las personas suelen darse cuenta en etapas más evolucionadas cuando la pérdida irreversible de visión ha avanzado de la parte más periférica hacia el centro y parece que estuviésemos mirando por un túnel”, señalan desde AGAF.
“Por otro lado, en sus fases iniciales no hay ningún síntoma por lo que la única forma de diagnosticarlo es mediante una exploración oftalmológica completa en la que se determine el estado de salud del nervio óptico y las posibles situaciones de riesgo que puedan dañarlo. Por eso es tan importante realizarse una revisión periódica anual, sobre todo, desde los 45 años, edad a partir de la cual el Glaucoma tiene mayor incidencia”, añaden desde la Asociación de Afectados por el Glaucoma.
Por su parte, desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (COOCYL) se suma también al Día Mundial del Glaucoma, recordando que en la tarea de la prevención el papel del óptico-optometrista, como profesional sanitario de atención primaria en la salud visual, sigue siendo clave, ya que dispone de la formación y de la aparatología necesarias para detectar el glaucoma en sus estadios iniciales, antes de que el paciente sufra una pérdida visual importante e irreversible.
Tal y como aclara Ana Belén Cisnero, vicedecana del COOCYL, “existen dos aspectos claves para sospechar de glaucoma: la elevación de la presión intraocular y la presencia de un aumento en la excavación de la papiladel nervio óptico; cualquiera de estas dos circunstancias hace probable la detección, especialmente si existen antecedentes familiares de la enfermedad y la edad es superior a los 45 años”. Por esta razón, los ópticos-optometristas, “que muchas veces somos los primeros profesionales de la visión a los que acude la población para hacerse una graduación, por ejemplo de la vista cansada o la presbicia, podemos detectar a tiempo indicios de la enfermedad con la medida de la PIO a través de una tonometría y la observación del nervio óptico mediante una oftalmoscopia o una retinografía, pruebas que se pueden realizar en los establecimientos sanitarios de óptica de Castilla y León”, añade la experta.
Una vez existe sospecha de glaucoma, es el oftalmólogo el que debe hacer una exploración completa para comprobar todas las estructuras del ojo, tanto del polo anterior como del posterior, y una campimetría o valoración del campo visual para buscar la existencia de zonas ciegas o escotomas.
Por todo ello, y coincidiendo con este Día Mundial del Glaucoma, el Colegio de Ópticos-Optometristas hace una especial llamada de atención a algunos grupos de pacientes que son más proclives a desarrollar la enfermedad en uno o ambos ojos y, por lo tanto, deben acudir a las revisiones al menos una vez año:
• Mayores de 45 años que no se hayan sometido a un examen ocular en los últimos años.
• Personas con antecedentes familiares de glaucoma, en especial, de familiares directos como padres o hermanos.
• Pacientes con una presión intraocular alta.
• Personas con miopía elevada (mayor de 5 dioptrías). El nervio óptico de los ojos miopes es más susceptible a la lesión que el de los no miopes.
• Pacientes medicados con corticoides (en cualquiera de sus formas de administración).
• Personas que hayan sufrido un golpe o traumatismo en el ojo.
• Personas con diabetes. El aumento de los niveles de glucosa en sangre puede provocar graves daños en la retina (retinopatía diabética). Conviene llevar un buen control de la diabetes y someterse a revisiones oculares periódicas.
“En el caso de que nos afecte alguno de estos factores, debemos acudir a nuestro óptico-optometrista para que nos realice un screening mediante la tonometría sin contacto, una prueba sencilla, rápida e indolora con la que se mide la presión intraocular”, concluye la vicedecana de COOCYL.
Desde AGAF reconocen que todavía hay un estigma en la sociedad respecto al Glaucoma, un hecho que dificulta también su detección precoz entre la población: “Muchas personas no quieren realizarse estos chequeos médicos porque tienen miedo a que al estar diagnosticadas de Glaucoma las echen de sus trabajos. Sin embargo, un diagnóstico temprano con un buen seguimiento y una correcta adherencia al tratamiento evitaría la ceguera en la mayor parte de los casos”, destaca Joaquín Carratalá, presidente de AGAF.