Pedro Duc, cooperante del año de la Fundación Cione Ruta de la Luz
El óptico y audioprotesista navarro Pedro Duc ha sido distinguido por la Fundación Cione Ruta de la Luz como cooperante del año. Emocionado, Duc recogió el premio de manos del presidente de la Fundación, Ricardo Roca, y de su gerente, Katerine Salazar (en la foto con Duc), durante la cena benéfica que Cione Grupo de Ópticas celebra anualmente con motivo de la Asamblea General de la cooperativa. En unas breves y sentidas palabras, el cooperante animó a sus compañeros a presentarse voluntarios y a colaborar con la Fundación Cione Ruta de la Luz. “Trabajando en estos proyectos, he sentido una satisfacción inmensa, que muy pocas otras cosas me han dado en la vida. He sido feliz al tiempo que creo haber hecho un poco más felices a los demás”, explicó sobre el escenario. Pedro Duc acumula ya una larga experiencia como voluntario de la Fundación Cione Ruta de la Luz. En su último proyecto, y junto a las cooperantes Estefanía Adrover y Beatriz Camacho, el navarro llevó a cabo la primera acción de cooperación internacional en materia de Audiología con base en España en la ciudad marroquí de Dakhla. La antigua Villa Cisneros es una ciudad del Sahara Occidental que actualmente es la capital de la región administrativa de Dakhla-Oued Ed-Dahab. La situación sanitaria de esta población es deficitaria. Allí existen dos hospitales, el civil y el militar, pero en este último no atienden a la población, mientras que en el que les corresponde, no hay especialistas en áreas de la salud como la Audiología. Después de una primera misión óptica allí, llevada a cabo en 2014, fue Duc quien recomendó una nueva acción de cooperación, pero en materia de Audiología, por el elevado número de casos de hipoacusias graves que había detectado en su relación con la contraparte con la que trabajaron: La Asociación de Discapacitados y Sordos de Dakhla. El proyecto se culminó con éxito a finales de 2015 adaptando con éxito más de ochenta audífonos, contado con el apoyo de Grupo GN España.
El cooperante animó a sus compañeros ópticos a colaborar y a seguir colaborando recordando al ejemplo de un niño, un caso de gran miope que resolvieron en la primera misión a Dakhla, al que tomaban por discapacitado, cuando en realidad nunca había visto de lejos. “Con 6 años, le pusimos las primeras gafas de su vida. Le ampliaron su mundo de los 25 centímetros hasta los que llegaba, a verlo todo. ¿Cómo ponerse en su lugar? ¿Cómo describir aquella cara?”, dijo Duc. Para él fue la ovación de la noche.